Sam Altman aclara cuánta agua consume ChatGPT con nuestras peticiones: es menos de lo que llegábamos a pensar

Son muchos los beneficios que nos ofrece la inteligencia artificial hoy en día, pero también arrastra problemas relevantes, como las dudas en torno a su consumo energético y de agua. Este último punto ha sido objeto de debate desde hace tiempo, llegando a afirmarse que con diez consultas a la IA se podía llegar a consumir un litro de agua.

En el ámbito energético, ya hemos visto cómo las grandes empresas tecnológicas han empezado a mirar con interés a la energía nuclear como posible fuente de alimentación. De hecho, este factor se ha convertido en un criterio clave a la hora de decidir la ubicación de nuevos centros de datos, en función de cómo podrán abastecerse de recursos.

Altman se sincera sobre cuánto consume una IA

Sam Altman, CEO de OpenAI, ha querido abordar esta cuestión —tan espinosa cuando se trata del futuro y la viabilidad ecológica de la inteligencia artificial— a través de una publicación en su blog personal. En un contexto donde el ecologismo y la necesidad de reducir el impacto ambiental son cada vez más urgentes, el hecho de que una simple consulta a una IA implique un consumo significativo de recursos genera preocupación.

Sin embargo, Altman no considera que el consumo sea desmesurado. Según sus cálculos, cada consulta de IA consume aproximadamente 0,000085 galones de agua, es decir, unos 0,00032 litros. Para Altman, esto equivale a “una decimoquinta parte de una cucharadita”.

Y es que, aunque pueda parecer trivial, resulta curioso saber qué estamos consumiendo al hacer una consulta a una inteligencia artificial. Debemos asumir que no es un proceso inocuo y que conlleva un gasto, tanto energético como hídrico. En cuanto al consumo de energía, Altman también ha aportado cifras:

La gente a menudo siente curiosidad por la cantidad de energía que usa una consulta ChatGPT; la consulta promedio usa aproximadamente 0.34 vatios-hora, que sería lo que consumiría un horno en poco más de un segundo, o una bombilla de alta eficiencia en un par de minutos.

El problema es que estos datos fueron subidos sin fuente adjunta ni contexto. Esto hizo que OpenAI tuviera que responder a las solicitudes hechas por The Verge con los cálculos de cómo se llegó a estas cifras.

Esto evidencia que cada consulta que hacemos a una IA no es completamente “gratis”: implica un consumo de electricidad y agua. Aunque en términos individuales las cifras parezcan bajas, si pensamos en la enorme cantidad de consultas que se hacen por minuto a la IA de OpenAI, el impacto acumulado puede ser considerable.

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¿Para qué se usa el agua en la inteligencia artificial? Principalmente, en los centros de datos donde se entrena la IA y donde operan los servidores que la hacen funcionar. Estos necesitan complejos sistemas de refrigeración para mantener los equipos a una temperatura óptima.

Y esto es un problema, ya que según algunos estudios como el realizado por la Universidad de California, el entrenamiento de IA a gran escala puede consumir miles de litros. Las cifras que se manejan es que para entrar a GPT-3 el consumo de agua sería de 700.000 litros de agua dulce a través de sistema de evaporación en torres de refrigeración.

Imágenes | Jonathan Kemper Austin Kehmeier

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